Desastre veraniego en nuestro acuario marino


 ¡Ha vuelto a pasar! Una nueva desgracia ha sacudido mi pequeño mundo acuarófilo, y hasta ahora no he tenido fuerzas para volver a escribir en el blog. Este verano, en menos de 24 horas todo ha estado a punto de irse al carajo, algo que aún no está decidido.

Tras varios meses con problemas en el suministro eléctrico, que acababa con frecuentes saltos del diferencial que nos dejaban a oscuras, lo que ya había ocasionado problemas con los corales SPS, este verano una inoportuna subida de tensión ha sido la gota que ha colmado el vaso. Un apagón de aproximadamente 24 horas ha tenido resultados nefastos.

Cierto es que es un error mío el no disponer de un SAI que pudiese suministrar energía durante un periodo de tiempo para mantener el equipo en funcionamiento, lo que hubiese minimizado totalmente el trágico resultado; pero la verdad no pensé que, habiendo una persona que vigilaba a diario el acuario, 24 horas hubiesen sido tan trágicas.

El acuario a final de 2022

Y es que ese fue el tiempo que el equipo estuvo sin luz, entre 15 y 20 horas calculo, tiempo suficiente para que, en un contexto de temperaturas superiores a los 35 grados, con noches tropicales de 29 grados en el interior de la vivienda, el ecosistema se degradara con tal rapidez que mis peces más preciados no pudieran resistirlo. El listado de bajas fue el siguiente:

- Zebrasoma Veliferum: mi primer pez "grande", que llevaba conmigo desde finales de 2018 y que vio nacer este proyecto desde que se acabó el ciclado del acuario y nos lanzamos a esta aventura.


- Siganus Vulpinus: mi pez favorito. Una maravilla de un intenso color amarillo y muy activo en el acuario; un animal que me tenía totalmente enamorado.


 - Centropyge Bisniposa: el penúltimo en llegar, pero una preciosidad que te dejaba boquiabierto con sus destellos violetas y su amarillo/naranja. Muy activo y muy pacífico con el resto de sus compis.

- Pseudochromis paccagnellae: otro pez que me encantaba con su imposible coloración, que le daba el aspecto de una gominola. Éste, por su carácter, era más tímido y no nadaba tanto por el acuario, pero también llevaba varios años conmigo y se había ganado mi cariño.

Así las cosas, sobrevivieron a la hecatombe la pareja de payasos, los dos kaudermis y la damisela de cola amarilla, peces todos muy estáticos, que apenas salen de su "territorio" para comer y que, pese a que son bonitos, no deambulan por todo el acuario como sí lo hacían el resto.

Además de los peces, una capa de ciano surgió tras el accidente, que en conjunto con el alga hizo estragos en los corales SPS. Ya hacía bastante tiempo que los corales me llegaban casi a la superficie del agua, con una parte inferior muerta que servía de refugio a los peces. Como consecuencia, al pararse el sistema, el nivel del agua bajó hasta el rebosadero, por lo que buena parte de los corales quedaron emergidos durante esas horas. El resultado fue también catastrófico en ese aspecto.

A la vuelta, y después de limpiar las algas y recomponer un mínimo el acuario, la verdad es que en lo único que pensaba era en desmontar, pues como está el clima, y mis circunstancias personales, todos estos problemas no van a hacer más que aumentar a medida que pase el tiempo.

Hace unos días me decidí a sacar todo el centro del acuario, una masa tremenda de coral, mayormente muerto, para poder podar todo lo que estaba muerto y ver si se podía salvar algo del acuario. El resultado de tanto trabajo se resume en esta triste fotografía.


Y ahora llega el momento más difícil de todos: desmontar o no desmontar. De momento me estoy dando un tiempo de reflexión en el que debo valorar los pros y los contras de seguir con este proyecto o cambiar a algo mucho menos delicado y que me lleve menos quebraderos de cabeza.
 
De momento seguimos luchando contra la ciano, intentando bajar los fosfatos que están a niveles estratosféricos, estabilizando macros Kh/Ca/Mg e intentando salvar alguna que otra pieza de las que han quedado tocadas, mientras remodelamos el paisajismo para afianzar roca y colocar lo poco que nos ha quedado. Veremos en qué queda todo. 

Estado a principios de octubre de 2023, tras la poda drástica de coral muerto

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