Empezamos el remojo anual en este 2023, aprovechando las buenas temperaturas de este final de abril y principios de mayo. A pesar del sol, el agua aún está a unos 17ºC, así que nos enfundamos el neopreno hasta el cuello y nos lanzamos a ver qué podemos ver...
Esta vez he preparado la carcasa de la cámara para intentar evitar el empañamiento en la zona del objetivo. Para ello, metí la carcasa en la nevera durante unas horas y luego, tras limpiar el vaho por dentro, introduje papel de cocina en los laterales y la parte inferior de la cámara, para intentar absorber el máximo de humedad en caso de que se produjera. El resultado no fue malo del todo, pero hay que seguir perfeccionando el método.
En cuanto a la actividad en sí, había nubes en el cielo que tapaban el sol de tanto en tanto, unido a que había algo de corriente y olas, lo que hacía que el agua estuviese un poco turbia al romper con las rocas.
En cuanto a la fauna, la verdad es que estaba bastante pobre. Salvo por varios cardúmenes de crías de una especie que no supe identificar y un pequeño grupo de salpas que vi al final, la inmersión no fue muy prolífica esta vez. Algunos sargos y fredis, algún tordo (lábrido Symphodus Roissali casi con toda seguridad), erizos... Pero ni rastro de estrellas, pulpos u otras especies...
En fin, esperemos tener más suerte la próxima vez! Aquí os dejo el vídeo.
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