Primera puesta de Ancistrus SP

Con motivo de la primera puesta de ancistrus SP surgida en mi acuario comunitario, hemos introducido la ficha de la especie en el blog, así como la descripción de esta bonita experiencia.

Hace como cosa de un año, introduje en mi comunitario cinco pequeños ancistrus SP (la variedad más común), para sustituir a mi plecostomus, el cual empezaba a ser demasiado grande y los destrozos en las plantas eran más que evidentes. Perdidos en la espesura de la vegetación, poco se dejaban ver hasta que han llegado a la edad adulta.

En ocasiones he logrado ver a los cinco a la vez (casi siempre a cuatro), por lo que sé que todos superaron el periodo de adaptación y han crecido hasta convertirse en adultos. Sé que dos de ellos son machos, pues un día los vi pelearse con los bigotes laterales en el cristal frontal y, después de lo acontecido, por lo menos uno de ellos es hembra.

Normalmente, la reproducción en acuarios comunitarios no suele ser satisfactoria debido al estrés de la pareja y a que muchas veces suele haber algún devorador que acaba con la puesta antes de que llegue a buen término. Por ello se suele aconsejar los acuarios específicos para ello. Pero el ancistrus es un pez que puede reproducirse en un comunitario por varias razones:

El tamaño de los huevos. Como se puede ver en esta foto, son bastante grandes en comparación a otros muchos peces, lo que los hace poco apetecibles para muchos de los habitantes del acuario.


Aquí se puede ver el lugar que eligió la pareja para la puesta, un recodo entre varios troncos que forman parte de la decoración del acuario. Un lugar bastante escondido y, otra cosa muy importante, bastante fácil de "defender".

Normalmente se utilizan cáscaras de coco giradas para la reproducción emulando cuevas naturales. En mi acuario, muy plantado, no hay nada así, pero ese hueco en el tronco demostró ser un lugar estratégico.


Y aquí tenemos a papi ancistrus, que con su cuerpo ocupaba la abertura en el tronco, pudiendo oxigenar con sus aletas la puesta a la vez que la defendía de todo aquel que intentara acercarse a ella (principalmente unos kribensis). Aquí ya se puede ver que los huevos han eclosionado y se distingue con total claridad la cola del alevín, puro saco vitalíneo.

De esta tesitura, sin apenas moverse, el macho cuida de la puesta, separándose apenas unos minutos, suponemos para estirar las aletas.


Aquí podemos ver los pequeñines ya formados, pasados unos días, en un momento que el padre decidió despejar el hueco.

Todo se precipitó durante un cambio de agua, en el que el macho dejó libre el escondite y un kribensis intentó picotear a las crías, haciendo que estas huyeran en desbandada por el acuario.

Al estar muy plantado, lograron escabullirse sin muchos problemas. Entonces el trabajo fue mío intentando rescatar a los alevines que veía pegados en el cristal para evitar que fuesen el almuerzo de sus compañeros escalares o los kribs. Finalmente he podido rescatar 11, aunque no descarto que haya alguno más escondido entre la vegetación.


Como se puede apreciar, son una réplica de apenas un par de milímetros de los padres. Eso sí, su voracidad queda patente y es genial ver como se abalanzan a por un trozo de calabacín que les eché en la paridera.


Con apenas unos días ya aceptan cualquier cosa que se les ofrezca para comer.

Esperemos que ésta sea sólo la primera de otras muchas puestas!!

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