Mi Acuaterrario: El decorado



Ahora llegamos a la parte más chula del proyecto, la creación del paisaje en sí, teniendo en cuenta que sus habitantes iban a ser axolotes, unos de los animales más espectaculares y fáciles de mantener que he tenido.

En primer lugar decidimos que el suelo sería también de espuma de poliuretano, ya que los axolotes son anímales que comen por aspersión, al estilo del perro de una amiga, que aspira todo lo sólido que hay por ahí, y luego su estómago decide si es comestible o no, por lo que así evitamos poner grava, o piedras que pudieran injerir por accidente.


Esto fue un error ya que la espuma de poliuretano flota y hace mucha fuerza, con lo que se despegó del fondo y quedó flotando. Finalmente la tuvimos que sacar y poner el suelo de grava.

Base flotando al despegarse el "suelo" de cristal
Volviendo al decorado en sí, en estas menesteres, se demostró que mi mujer era mucho más habilidosa que yo, así que ella se dedicaba a formar el decorado y yo a darle al pote de poliuretano.



En la base hemos dejado una "casita" para la bomba, de la que sale la manguera que lleva el agua a la parte superior, donde con un taper formaremos el depósito del filtro y la salida de la cascada.



Con unos cristales y unas láminas de plástico, formamos las bases de las macetas y la estructura de la cáscada. En el lado contrario, colocamos también otra manguera, que será el conducto de la niebla del nebulizador.

A partir de aquí, hay que echar a volar la imagincación y maquetar la posición de las macetas, pensando en el efecto final con las plantas, esperando que todo saliese bien.



Un truquillo que puede ir bien es mojar con un pincel la superficie a cubrir, ya que la espuma agarra mejor. Para darle forma, también va muy bien romper la estructura del poliuretano con una espátula muy mojada, lo que permite romper la forma de churro (por no decir otra cosa) con la que sale la espuma del bote. Además permite no gastar tanta espuma.

El siguiente paso era colocar la fibra de coco que daría el aspecto de paisaje natural. En un primer momento utilizamos una capa de silicona a la que enganchábamos el coco, todo a brocha. El resultado fue pésimo: la silicona apenas pegaba en la espuma y el coco apenas en la silicona. Todo un trabajo que no sirvió para nada y que además fue aún mayor a la hora de limpiar toda la silicona.



Leyendo y probando llegamos a la conclusión de utilizar como base una pintura de poliuretano. Estas pinturas, que se encuentran como "pintura de terrazas", "pintura antigoteras", es ideal por varios motivos: 

1. Se engancha al poliuretano perfectamente
2. Facilidad de aplicación con brocha
3. Es impermeabilizante, lo cual evita filtraciones en la zona de la cascada
4. No es muy cara


Base de pintura de poliuretano
Después de que se secara, aplicamos una capa de esmalte acrílico (pintura no tóxica) sobre la pintura de poliuretano, que se fijaba genial y, a la vez que íbamos pintando, íbamos colocando fibra de coco encima, apretando con una paletina. El coco se fija perfectamente a la pintura y, además cogimos un marrón pardo muy similar al coco. El resultado es muy realista, como podéis ver en las siguientes fotos.





Una vez seco, retiramos el resto de fibra de coco que queda y ya podemos probar todo el sistema. El resultado fue satisfactorio al 100%. Sólo queda poblar con plantas los tiestos.


Con el sistema ya a pleno rendimiento, colocamos las plantas.




Como se puede observar, también colocamos el nebulizador, que recreaba a intervalos una capa de niebla por gran parte de la superficie de la zona acuática y que quedaba espectacular. El problema es que las membranas normalmente se llenaban con el tiempo de residuos y poco a poco el nebulizador perdía eficacia hasta que dejaba de funcionar. No obstante, mientras las membranas estaban bien, el resultado era muy bonito.

Y hasta aquí el montaje. En la próxima entrega hablaremos de sus habitantes, los axolotes.

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